Sentó plaza en mi alma
una tarde de domingo.
Estrechó mi corazón
y me regaló toda la poesía
que cabía en una plaza recoleta.
se dejó amar y el amé tanto...
sé que no estrenamos nada
pero fuí feliz por un instante.
sin dejar sus huellas registradas
huyó a lomos del remordimiento.
Yo, junto a una fuente huérfana de agua,
supe mi sueño conluído.
llené su taza con lágrimas
y así pude ahogar tanto dolor.
martes, 13 de abril de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario